Tal como esos testimonios me han ayudado a entender lo que yo viví en esa época, me gustaría que el mío le sirviese a alguna persona que esté en esa situación.
A ver por dónde empiezo. Conocía a aquella chica desde hacía años, aunque nos veíamos bastante esporádicamente, a través de "amigos de amigos". Para mí, ella era inalcanzable: inteligente, guapísima (y me quedo corto



Pronto se torció el asunto. Ella me confesó que sufría TCA desde hacía años. No le di mayor importancia. Traté de informarme para ayudarla en lo posible. Al poco tiempo, ella me dijo que no estaba para mantener ninguna relación. Si quería, amigos, si no... puerta. Era el momento para haber abandonado. Cualquier otra persona lo hubiera hecho. Pero, joder, ¿cómo iba a dejar a una chica como aquella?
Así que no lo hice. Y comenzó el infierno. Ella lo pasaba fatal con su enfermedad. Yo sufría viéndola sufrir. Hablábamos, había épocas mejores y peores, pero siempre volvíamos a la casilla de salida. Ella sabía lo que yo sentía por ella, y me decía que no podía garantizarme nada. Yo, jodidísimo: la veía a diario, pero no podía tocarla ni besarla, ni hablar abiertamente de mis sentimientos: sabía que si lo hacía, no la volvería a ver. Pasaron los meses. Al mal tiempo buena cara. La única salida era que ella se curase y tuviera "sitio" para mí. Así que me vacié en el intento de ayudarle. Ya sospecharéis que no tuve éxito: de ser así no estaríais leyendo esto.
Un buen día me dijo que aquello no podía durar más. No volvimos a vernos. Se me quedó una cara que no hay emoticono que refleje. Sobre todo, me sentí estafado. Lo había dado todo, me había dejado la piel, había estado ahí día y noche... y ahora esto? Me diréis: ya te había avisado, tio, tiempo tuviste de largarte. Y es verdad. Nada que recriminar. No hubo engaño, solo autoengaño.
Sin embargo, algo bueno salió de aquello. La experiencia fue tan extrema que me hizo espabilar. Me pregunté qué me había mantenido en aquella relacíón de la que solo sacaba sufrimiento. Hasta entonces nunca me había planteado que yo estuviese tan mal. Ví las enormes limitaciones que tenía, pero también mis puntos fuertes. Al poco conocí a otra chica, y esta vez la cosa SÍ fue bien. Me casé con ella, cambié de ciudad y hoy soy el tio más feliz del mundo (bueno, uno del 10% auperior)
He dado muchas vueltas a aquello. Nunca pensé que la anorexia tuviese demasiado que ver con el rumbo de la relacíon.Eramos una chica que no sabía bien qué quería y un colgao con miedo al vacío. La anorexia no era mas que una complicación añadida. Ahora veo que la anorexia explicaba bastantes más cosas que las que yo pensaba.
Siempre pensé que lo mío había sido un caso entre un millón, hasta que, como he comentado, he visto que (como suele ocurrir) somos menos originales de lo que pensamos.
Espero que ella esté bien, haya conseguido superar la enfermedad, y haya tenido al menos tanta suerte como yo, pues se lo merece. Es una gran persona y se que nunca quiso hacerme daño.
¿Conclusión? Ninguna, supongo. Todos nos parecemos más de lo que nos parece. Alguno me dirá, entonces, si tengo una relación con una persona anoréxica, ¿tengo que esperame lo peor? Tienes que esperarte sufrir, eso está garantizado. Tú verás si te compensa.